Carolin tiene veintiséis años y acaba de perder al amor de su vida. En medio del dolor, descubre que es la única heredera de la inmensa fortuna de su marido, que ahora se disputa con Leo, el hijo del difunto esposo y exnovio de ella. No es extraño que Carolin se emborrache por primera vez en su vida, vaya a terapia, se gaste una fortuna en zapatos…
Por suerte, no está sola en este momento tan difícil, y en su ayuda acuden su hermana y su cuñado, un amigo farmacéutico que ella ha decidido creer que es homosexual, y un fox terrier disecado llamado «número doscientos cuarenta y tres».
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